La Celestina ha sido en esta ocasión la obra a cuya representación asistieron los alumnos de 3.º de ESO. La adaptación, como viene siendo habitual, cumple con creces el equilibrio entre los elementos definitorios de la obra como monumento literario y su carácter vitalista, representativo del carácter humano en sus manifestaciones más virtuosas, pero también en sus vicios más abyectos.

No en vano, Cervantes mismo la valoró como “obra a mi entender divina si encubriera más lo humano”. En definitiva, ninguno de estos aspectos –dentro del marco escolar en que nos movemos—se sustrae a la interpretación de este día, donde las limitaciones impuestas a la representación por aquella misma índole no han sido óbice para disfrutar de un espectáculo en el que se han conjugado de forma coherente y efectiva numerosos recursos de iluminación, ambientación sonora y de vestuarios, sin olvidar las abundantes notas de humor que han trufado hasta el final esta ejecución de la obra de Fernando de Rojas.