Tras superar con éxito los nervios lógicos de la primera noche fuera de casa, nos hemos despertado con vitalidad al son de la música. Su melodía ha dirigido velozmente nuestros pasos a la cocina, donde hemos desayunado unos deliciosos roscos que elaboramos ayer. 

Después de ordenar las habitaciones comenzamos una ruta hacia la mina. Allí sentimos el aire fresco recorriendo nuestro rostro.

Durante la tarde, estamos disfrutando de las laboriosas faenas de la granja y fabricación de aceites naturales. 

 

+ fotos: Leer más...