Queremos compartir con entusiasmo las emocionantes experiencias vividas en nuestro segundo día en la granja escuela.

Comenzamos la jornada con un desayuno saludable que nos proporcionó la energía necesaria para enfrentar un día lleno de aventuras. Pan con aceite, tomate y cereales fueron la elección perfecta para empezar bien la mañana.

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Después de recoger el comedor, nos reunimos para una enriquecedora asamblea en la que compartimos todo lo aprendido el día anterior. Fue una oportunidad para consolidar conocimientos aprendidos.

La jornada continuó explorando los espacios de la Granja Escuela. Visitamos a los animales, les dimos de comer y profundizamos en el cuidado de ovejas, vacas, caballos y conejos. La huerta nos maravilló con sus plantaciones, y el invernadero nos mostró la magia de cultivar bajo techo.

Tras estas experiencias, recargamos energías con un almuerzo contundente. En la tarde nos dirigimos a la pradera para participar en juegos cooperativos, donde el trabajo en equipo se convirtió en el protagonista.

Después de la pradera, retomamos los talleres del día anterior, sumergiéndonos nuevamente en un fascinante mundo de aprendizaje práctico que despertó nuestra creatividad. Exploramos la ciencia detrás de la luz y aprendimos sobre el cuidado de las plantas, conectando con la naturaleza de manera única.

Con una deliciosa merienda, recargamos pilas y continuamos con cursos emocionantes. Fabricamos nuestra propia mermelada de manzana, experimentamos con plantas aromáticas y nos sumergimos en una pequeña representación teatral llena de vida.

Para poner el broche final a este día lleno de aprendizaje y diversión, la cocinera de la granja nos preparará una rica cena elaborada con esmero. Después, disfrutaremos de una grandiosa noche llena de veladas emocionantes con sorpresa. ¡La diversión está garantizada!